Burbujas inquietas

Mamá, mamá, preparé lava viva!

¿Querés vivir una experiencia única con líquidos que se comportan de una manera muy rara? Entonces, ¡no se pierdan esta nota!

Cómo hacerlo


Materiales

  • Un frasco transparente (de mermelada, mayonesa o parecido)
  • Aceite de cocina
  • Agua
  • Sal de mesa
  • Témpera o colorante para tortas (se compra en casas de repostería)
  • Cuchara


Llená el frasco con agua hasta las 3/4 partes (dejá algo así como el largo de un dedo sin agua, contando desde la boca del frasco). Echá el aceite, despacio. ¿Qué sucede? ¿Los dos líquidos se mezclan? ¿El aceite queda debajo del agua? ¿O es al revés? 

Agregá ahora, si querés, una pizca de témpera o colorante para tortas del color que hayas elegido. ¿Adónde va el colorante? ¿Se tiñe el aceite, se tiñe el agua o se tiñenlos dos?

Desde arriba, echá lentamente puñados de sal sobre la capa de aceite, y observá qué sucede.

¿Podés explicar por qué ocurre esto?
¿Qué pasa con la sal? ¿Con el aceite? ¿Y con el agua? ¿De qué están formadas esas bolas que suben como la lava de un volcán submarino? 

Seguí agregando sal para mantener el efecto.

EXPERIMENTÁ MÁS
¿Querés saber por qué estos líquidos hacen estas cosas extrañas? Te proponemos una serie de experimentos para que lo descubras:

En el experimento que acabas de hacer hay varios fenómenos extraños. Vayámoslos viendo de a uno.

La torre de líquidos

La primera observación que llama la atención del experimento de las burbujas inquietas es que el agua y el aceite no se mezclan. ¿Ya lo sabías? Investiguemos, entonces, un poco con algunos líquidos y su comportamiento.
Vas a necesitar un vaso alto, largo y (claro que sí) transparente para poder ver tu experimento. Los tres líquidos con los que podés empezar a probar son re-fáciles de conseguir: agua común y corriente, aceite  y alcohol (¡pucha que arde en una lastimadura!).
¿Los podés distinguir uno de otro fácilmente? Si te dieran un vaso con agua y otro con alcohol, ¿sabrías cuál tomar y cuál no? (El alcohol es una sustancia tóxica).
En este experimento, también te recomendamos que al agua la tiñas con un poco de témpera o de colorante para tortas de tu color favorito. Si intentás hacer lo mismo con el aceite y el alcohol, ¿se colorean?

Bueno, ¡A construir las torres, Señor Arquitecto!

Un modesto dúplex: Con cuidado volcá en uno de tus vasos aceite y agua coloreada; en otro aceite y alcohol; en un tercero (si tenés uno solo, lavalo bien con agua y detergente antes de volver a usarlo), alcohol y agua coloreada. ¿Qué paso en cada caso? ¿Se mezclaron los líquidos? Por más que revolviste, ¿no lo hicieron? ¿Dónde queda cada uno? ¿Qué pasa si invertís el orden de agregado de los líquidos?

El palacete de tres pisos: Ahora te desafiamos a que en base a todo lo que aprendiste construyendo el dúplex, armes en tu vaso una torre de tres pisos. ¿En qué orden los tendrías que agregar los líquidos?
¿Qué pasa si, una vez que lo armaste, lo revolvés con una cuchara? ¿Se vuelve a armar igual? Probá qué pasa si tirás en tu torre armada un par de cosas: una tuerca, una pedacito de goma de borrar, un pedazo de cera de vela… o lo que se te ocurra, ¿a dónde van a parar?
¡Suficiente arquitectura por hoy! 

¡Al agua pato… digo, Sal!
Pero, ¿y qué pasa con la sal en el experimento de las burbujas?
Agarrá dos vasitos y llená uno con aceite y otro con agua. A cada uno agregale una cucharadita de sal. ¿Qué pasa en cada caso? ¿Y si agitás? ¿Dónde queda la sal?